Mis libros
Cuando todo empieza con hache
La trama se me ocurrió durante la clase de Baile en movimiento (así lo han bautizado, como si se pudiera bailar quieto) a la que asisto cuando encuentro un ratito libre. Bailar siempre me ha parecido una de las ocupaciones más divertidas y que más me relaja.
En septiembre de 2023, al volver de vacaciones, las alumnas de baile descubrimos que nos habían asignado una nueva ubicación. Hubo quejas generalizadas, pero a veces puede sacarse algo bueno de una situación mala. En mi caso, fue nada más y nada menos que un argumento para una novela.
Nos colocaron en una pista multideporte desde la que se podía atisbar la sala de musculación. En alguna de las canciones me distraje y vi a un chico con pelo rebelde y cascos enormes en la cabeza moviéndose por la sala. No soy capaz de recordar su cara ni qué hacía, pero le agradezco mucho que estuviera por allí. Porque en ese momento la chispa se encendió en mi cerebro y me pregunté: «¿Qué pasaría si una mujer adulta de este grupo se interesase por un joven como ese?».
Esa pregunta dio pie a otras: ¿Sería viable una relación así? ¿Tendrían algo en común? ¿Cómo lo verían los demás? ¿Se atreverían los protagonistas a intentar estar juntos? Y poco a poco fui imaginándome a Helena y a Hugo con sus vidas aparentemente tan distintas aunque en el fondo otras cosas las unieran.
Así nació esta novela que originalmente se titulaba Letras mudas.
Cuentos de verano para leer en invierno (Haz Milagros Ediciones):
Es una colección de cuentos de diferentes autores muy variadita que ya lleva tres ediciones.
Yo participo con tres relatos en los que, de una u otra forma, está presente la infancia. Mi favorito es «La muerte de Tiramisú».